... eso es lo que pienso cada vez que me dan ganas de hablar.
Son muchísimas cosas las que tengo que decir y las cuales a pesar que me gustaría que tooooodos las sepan por el momento deben aguardar en el baúl de las sorpresas porque aun me falta ponerles el moño para regalo.
Y tremendo sacrificio, porque soy de aquellas personas que les encanta hablar, hablar, hablar y hablar más. Y en este caso escribir, por eso me tuve que atar las manos unos meses para no soltarlo todo de golpe, claro que con lo traviesa, me he logrado aflojar los nudos un poquito. Esto en realidad, porque siento que el estrés que he atravesado no ha sido tanto por todas las cosas con las que tuve que lidiar sino más bien por el hecho de no poder compartirlas abiertamente con todas las personas que quiero.
Claro que ahora me siento super feliz, y DM, todo este trauma se acaba en menos de un mes. Un mes en el cual, aunque ni yo me lo crea, el trabajo será la mejor CURA y REFUGIO que pude haber encontrado.
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